Desde El Búnker
Viernes 07 de marzo de 2025.- La escena pudiera ser similar a la de un campamento de exterminio armado por los nazis para acabar con sus enemigos o los judíos, en Europa, en tiempos de la segunda guerra mundial, pero se trata de imágenes aterradoras y obtenidas por el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, en marzo de 2025, en la época del siglo 21 cuando la entidad tiene un reporte de más de 15 mil desaparecidos.
El hecho ocurre en el predio del Rancho Izaguirre, del municipio de Teuchitlán, localizado a menos de hora y media de la zona metropolitana de Guadalajara, y en donde la referida organización ciudadana habla del hallazgo de tres hornos crematorios clandestinos, que presuntamente servirían para incinerar a personas asesinadas.
Apenas en septiembre de 2024 fuerzas federales y autoridades estatales encontraron en el mismo lugar un campo de entrenamiento que era utilizado por un grupo del crimen organizado para adiestrar a nuevos sicarios paras sus actividades ilegales. En esas fechas, el entonces fiscal de Jalisco, Luis Joaquín Méndez rechazó que en el lugar se hubieran encontrado hornos crematorios.
Pero apenas seis meses después el hallazgo de uno de los colectivos de buscadores echa por tierra esa versión y saca a relucir una realidad que aterroriza a cualquier padre de familia o cualquier familiar de un desaparecido.
Este viernes 7 de marzo Guerreros Buscadores de Jalisco exhiben a las autoridades que se ven completamente rebasadas y en su limitada búsqueda de desaparecidos. Con la imagen de montones de zapatos y tenis, dan un indicio claro de que ahí se desapareció a sus propietarios. Una pila de carteras o mochilas sin ninguna pertenencia en su interior, es otra pista de lo que ahí pasaba.
“Era como si hubieran tenido (secuestradas) más de 200 personas en ese lugar”, señala uno de los buscadores al hacer referencia al descubrimiento de más de 200 pares de zapatos encontrados.
Lo más triste es el hallazgo de un mensaje escrito de puño de una las posibles víctimas, de tan sólo 20 años, tal como es el caso de una persona que se identifica como Eduardo Lerma Nito:
“Mi amor si algún día ya no regreso, solo te pido que recuerdes lo mucho que te amo”, firmado por el propio Eduardo Lerma Nito, en un mensaje que hace alusión al lugar y día de nacimiento, 02 de mayo de 2003, Cortázar, Guanajuato.
Relojes, pulseras y ropa de todos colores, cargadores para fusiles tipo cuerno de chivo, aros aprehensores, credenciales de elector en su mayoría de hombre, un altar dedicado a la “santa muerte” y restos de osamenta que los integrantes del Colectivo de Guerreros Buscadores tienen que rescatar con sus propias manos, para comprobar lo encontrado en el Rancho Izaguirre, en la localidad de La Estanzuela.
Cada que alguien se atreve al menos a sugerir que el tema de los desaparecidos, es del orden de una crisis humanitaria, los representantes del gobierno de Jalisco se molestan y optan por acusar a los medios de comunicación de ser unos alarmistas.
¿Pero, cómo entender que un fiscal se atreva a decir que no se encontró nada de hornos crematorios, y seis meses después un colectivo de desaparecidos le demuestre el error con tremendo hallazgo?
¿Así se evidencia la negligencia con que se trabaja por parte de las autoridades estatales para llegar a fondo en la búsqueda de personas desaparecidas o en el desmantelamiento de los narco-campamentos o de centros de exterminio, ubicados a menos de hora y media de distancia de Guadalajara?