Su odio contra todo lo que huele a 4T, le orilla a violentar la ley y a olvidarse de la laicidad en los procesos electorales. En 2021 su promoción del voto contra Morena provocó la anulación de la elección en Tlaquepaque y ahora la historia está a punto de repetirse en Guadalajara. ¿Qué no hay nadie en la curia mexicana o en El Vaticano que le diga al Cardenal Juan Sandoval Íñiguez que es hora de guardar silencio?