¿Custodios de la sabiduría? ¿En qué diablos me metí?

Especial de Cuarto de Guerra

Por Andrea Gutiérrez Bustamante

Lunes 15 de julio de 2024.- Hace cinco años fui una de esas estudiantes que se creyó el cuento de que debía estudiar algo que me diera y me dejara mucho dinero y a causa de esto me encaminé valientemente a hacer trámites a Ingeniería Biomédica en la UdeG. Lo hice porque me parecía una carrera novedosa e interesante, pero la mayor parte de mi decisión se basó en comentarios que recibía sobre lo bien que me iría económicamente, no sólo aquí sino en el extranjero.

Afortunadamente no salí en listas y me quedé fuera por unas milésimas -para mi sorpresa- y comencé a pensar en lo que siempre me gustó: la escritura y la lectura. Motivada por mi madre y pensando en que a los escasos seis años adoraba ser locutora de radio o escritora, decidí estudiar Letras Hispánicas.

Hoy, al culminar mi trayectoria como estudiante de Letras en la UdeG, puedo decir que no me arrepiento en lo absoluto y que los comentarios sobre si me voy a morir de hambre o no, cada vez los esquivo de mejor manera y con argumentos más sólidos.

Las palabras dichas por la madrina de la generación 2018-2024 de Letras Hispánicas, Sandra Carolina Cordero me retumban en la cabeza. Recuerdo bien su mensaje: el saber no da derecho a la soberbia y hay que evitarla a toda costa. Nuestro objetivo, nuestro vocacionamiento es convertirnos en guardianes de la sabiduría de las letras, y es siempre resguardar nuestros conocimientos para transmitirlos en forma gentil a los demás.

La humildad nos hará capaces de aprender más y de mejor manera siempre. La dignidad es imprescindible para desarrollarnos como profesionistas justos y empáticos. Como estudiosos de las letras es nuestro deber crear y compartir discursos de resistencia dignos y fraternos para saber enfrentar a los que promueven el odio. Parafraseando el discurso de nuestra madrina, debemos ser lo suficientemente humildes para indignarnos de lo injusto y ser agentes de cambio.

A cinco años de que comencé esta aventura, hoy es un honor para mí terminar con éxito este ciclo y darme cuenta de que estudiar Letras es una de las mejores decisiones que he tomado en la vida y la más provechosa.

Después de tantos años de estudiar, valorar, analizar y entender la literatura, ahora me cuestiono mucho más la realidad. Aprendí a formar mi propio criterio y a pensar de manera crítica, comparativa y compasiva. Esa es la libertad y ella –sin duda- sólo se adquiere con el estudio continuo de la literatura y el lenguaje.

Hoy, esos niños y niñas raras que coincidimos en la carrera y que salimos de la preparatoria, los que siempre traíamos un libro en mano o bajo el brazo, por fin nos hemos graduado. Ojalá y todos terminemos como profesionistas con valiosos aportes a la comunidad, creo que a ello se refería nuestra madrina cuando nos dio la encomienda de convertirnos en custodios de las letras y de la sabiduría del pasado.

¿Y me pregunto: en qué diablos me metí?, pero al escuchar el mensaje de despedida se me disipan las dudas.

En el acto académico del pasado miércoles 10 de julio de la Generación 2019-2024 de la Licenciatura en Letras Hispánicas de la UdeG, nuestra madrina Sandra Díaz Cordero nos obsequió y tatuó a sus ahijados con tres encomiendas: preservar la memoria, siempre trabajar con humildad y nunca perder la dignidad.

 

Popular

Artículos
Relacionados