El lunes 11 de agosto por cerca de 3 horas, la L1 quedó fuera de servicio luego de la tormenta del domingo. Quienes esperaban trasladarse a sus trabajos o a sus escuelas luego de vacaciones, quedaron varados porque no hubo transporte emergente. El Tren Ligero de Guadalajara, por desgracia muestra su gran ineficiencia en momentos de alta demanda, y la falla de elevadores y escaleras eléctricas, no se diga, se convierten en un verdadero calvario para usuarios, principalmente para los de la tercera edad.