Desde El Búnker
Alberto Osorio
Viernes 03 de octubre de 2025.- Antonio Pérez Garibay es el nuevo delegado de Gobernación en Jalisco y un personaje que creció dentro de las filas de Morena a golpe de lana y gracias a las relaciones que pudo fincar en unos cuantos años.
Pérez Garibay es quien mejor encarna el concepto falaz y banal que presumen desde la casa de los naranjas con una propuesta de política gubernamental que se desarrolla bajo el concepto de “Estilo Jalisco”.
El exdiputado federal logró crecer en las filas de Morena desde una posición privilegiada y muy cercana a Andrés Manuel López Obrador, cuando nadie creía en él y Toño Pérez lo acompañaba en sus giras de proselitismo por diversas partes de Los Altos de Jalisco. Además se presume muy amigo de Claudia Sheinbaum.
Quizás ahí inició su carrera y quizás ahí empezó a demostrar su gran habilidad para colarse al primer círculo del poder.
En cuanta oportunidad tiene, Pérez Garibay recuerda ante los medios que él empezó en el mundo empresarial desde muy pequeño, cuando construía patinetas con material reciclado proveniente de la zona del mercado de Abastos de Guadalajara, y cuando buscaba madera de tarimas para usarlas como la base de vehículos de tracción humana que él mismo acondicionaba para rodar con baleros de metal o llantas de patines para después venderlas.
Quién se iba a imaginar que su afinación por viajar en patineta y vender ese tipo de máquina iba a servir para que el destino le favoreciera con un hijo a quien le dio por desafiar los retos de la velocidad, pero a bordo de vehículos de carreras, como sucede con “Checo” Pérez y sus múltiples triunfos en la Fórmula Uno.
Abrazado por la presidenta, frente a Pablo Lemus en la visita de Sheinbaum a Jalisco en agosto pasado, a Toño Pérez Garibay nada o poco le preocupan los cuestionamientos relacionados con su pírrica trayectoria política y por sus mediocres aportes en calidad de legislador de Morena.
Apenas esta semana tomó protesta como delegado frente a Ernesto Carlón Acosta, director general de la Región Noroeste de esa dependencia, pero desde días antes ya se presumía como un rockstar o como una modelo en pasarela con sus fotógrafos al pie del cañón para cumplir cualquier capricho.
Hace apenas unos días y antes de recibir la oficina de la delegación de Gobernación, don Toño posaba feliz y así se le vio en la comida ofrecida por Meri Gómez Pozos en Jalisco, una legisladora federal que busca la alcaldía de Guadalajara y hacer su equipo en la entidad, con el apoyo de diversos liderazgos, un tema que -por cierto- ya causa ámpula en el equipo del senador Carlos Lomelí y por ende en la dirigencia estatal de Morena a cargo de Érika Pérez.
En ese convivio apareció Antonio Pérez Garibay, flanqueado por uno o dos fotógrafos que presumían un chaleco con el logo de la Secretaría de Gobernación del Gobierno de México, y en donde al parecer él o los fotógrafos iban a la taquiza de Meri Pozos con el único encargo de retratar al nuevo jefe sin cuestionar nada, pero desde antes de que tomara el despacho.
Seguramente muchos de sus correligionarios en Morena ven a Antonio Pérez Garibay con cierta envidia, porque gracias a sus relaciones lo mismo logra colarse como legislador, como precandidato a la gubernatura o convertirse en súper-delegado de Gobernación sin que nadie hacia adentro de Morena cuestione sus modos o sus formas.
Por cierto, ese empresario y ahora funcionario federal ya tiene la cartita que le faltaba, se trata de la foto con el gobernador Pablo Lemus, en donde los dos posan con su carita feliz.
¿Será acaso Toño Pérez el mejor cuadro para la delegación de Gobernación o quizás el mejor ejemplo del “Estilo Jalisco” dentro de la 4T?
¿Acaso nadie se da cuenta de que Toño Pérez usa recursos pagados (fotógrafos con chaleco oficial) con erario público para asistir a convivios políticos desde antes de rendir protesta?
