Venció el plazo que se autoimpuso Pablo Lemus para pacificar el indomable Teocaltiche, donde le resultó imposible en 45 días, parar una escalada de violencia que lleva décadas. Ahí nadie para los asesinatos de funcionarios de primer nivel y el temor aún obliga a pobladores a desplazarse. Se comprueba que el mandatario vive en su isla de fantasía, sólo buscando las apariencias con carros para patrullar tipo ciudad Gótica. Así es el “estilo Jalisco” y la marca naranja de los emecistas.