Desde El Búnker
Martes 30 de septiembre de 2025.- Con una marcada tendencia a la negación de la realidad, el mandatario de Jalisco acusa de acarreados a los que le gritaron “fuera Lemus” durante la mañana del domingo y frente a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, en el marco del informe que la mandataria ofreció en Jalisco.
24 horas después, con un gesto de molestia en su rostro, y desde el municipio de El Salto, el mandatario soltó en un minuto con 26 segundos todo el rencor por los abucheos en su contra: “Llegaron más de 100 camiones que venían de otras entidades federativas y los gobernadores de oposición ya nos la sabemos, que estas personas que vienen de fuera de nuestros estados nos hacen un vil montaje para gritarnos consignas, tratando de hacernos sentir extranjeros en nuestra tierra y, pues, no se vale que haya este tipo de montajes”.
Si esto sucede con los gobernadores de oposición y en los estados gobernados por Morena no sucede, ¿quién podrá ser quien arme este tipo de montajes?, dijo.
“Ahí están los videos que circularon en redes sociales y (se ve) cómo la gente se va bajando de estos camiones, les entregan su lonche, su Frutsi y demás que ya van con su porra bien armadita y que hasta les dan el guion de qué es lo que tienen que gritarnos. La verdad, a nosotros no solamente se nos resbala, a nosotros nos da risa”.
En declaración frente a medios, Lemus omitió decir que el domingo, en la zona de Belenes, fue rescatado de los abucheos por la presidenta Sheinbaum, quien amenazó con suspender su informe para tratar de contener las expresiones de repudio en su contra.
El gobernador no quiso ver que entre los inconformes estaban maestros del SNTE o choferes de Uber que se quejan de las extorsiones, de las multas o el decomiso de sus autos cuando prestan servicio en el aeropuerto, o agentes de la policía vial les exigen jugosas “mordidas” por portar placas foráneas en sus unidades.
Menos vio a los inconformes con la verificación recaudatoria que impuso el gobierno de MC desde la administración de Enrique Alfaro Ramírez y que él decidió continuar dentro del polémico paquetazo que obliga a los automovilistas a cambiar placas.
El mandatario no alcanzó a ver que entre los manifestantes también estaban los dirigentes de la Federación de Trabajadores al Servicio del Estado y los Municipios que se oponen a los negocios armados con dinero y bienes públicos, o que se quejan del desastre y el desaseo con el que se maneja el Instituto de Pensiones del Estado.
Lemus dijo que los abucheos se le resbalan, pero la verdad es que su equipo trabajó duro para tratar de buscar que los gritos contra el mandatario fueran borrados o minimizados de las ediciones de los diferentes medios de comunicación.
Incluso después del domingo, un equipo de activistas de redes se dedicó a desacreditar la información sobre las críticas a Lemus y a cuestionar las noticias manejadas en diferentes plataformas.
El lunes por la mañana, curiosamente, supuestos seguidores de Pablo se dieron a la tarea de estar llamando a diferentes estaciones de radio para acusar a los inconformes de ser personas “ajenas” a Jalisco que venían de fuera a provocar problemas.
Para Lemus el diablo se llama Morena y le resulta difícil entender que amplios sectores de la población en zona metropolitana o en municipios del interior ven en su gobierno una administración mediocre y de corte farandulezca, capaz de promover el consumo de la torta ahogada o del tequila, pero incapaz de darle respuesta a más de 15 mil familias que velan por el regreso de sus desaparecidos.
Hay claros indicios de que al gobierno de Pablo no le va tan bien como dice. Una de las más recientes encuestas de la empresa Demoscopía indica que Lemus perdió casi 15 puntos de popularidad en 9 meses de gestión.
Al inicio de su gobierno Pablo tenía un nivel de popularidad de 65.1%, mientras que, para agosto de 2025, su aceptación cae al 50.9.