La vía Tesistán-Carretera Colotlán es la muestra de la indolencia, del avance a paso de tortuga de una obra que se presume para tiempos electorales bajo el color naranja. Las prisas de automovilistas por cruzar, la falta de iluminación y de señalamientos, además de “las marranadas” de algunos de los conductores del transporte público y la irresponsabilidad de los motociclistas que se sienten de hule, son un caldo de cultivo para la tragedia. Las autoridades, por desgracia no entienden o no saben dar solución y el tamaño de su gran negligencia, sólo se descubre cuando la zona colapsa por un nuevo accidente y cuando la estadística del número de muertos sube.