Desde El Búnker
Alberto Osorio
Martes 16 de diciembre de 2025.- Con una estruendosa campaña publicitaria de medios pagados o al servicio del gobierno naranja, la administración de Pablo Lemus pone en operación -a manera de periodo de prueba-, la Línea 4 de Tren Ligero y corre desde este lunes (15 de diciembre), de Guadalajara hacia el caótico municipio de Tlajomulco de Zúñiga.
Se trata de un servicio que llega justo cuando los pleitos, “amotinamientos” y la molestia de los ciudadanos están a la orden del día por la falta de transporte urbano y en un problema que hace crisis a finales de 2025.
Son ocho estaciones listas para recorrerse en 35 minutos y están distribuidas en 21 kilómetros. Hasta ahí todo bien.
Pero poco se dice de la manera en que se repartirán las ganancias de una inversión que ronda o supera los 11 mil millones de pesos y en donde el negocio está reservado para las empresas Mota Engil y el consorcio de nombre Tren Ligero Línea 4 Guadalajara, según la nota publicada por Francisco de Anda en el diario Mural.
Por desgracia, la Línea 4 no tiene conexión con ninguna de las otras líneas de Tren Ligero, pero sí con el polémico e inseguro Macrobús o con el deficiente Peribús, de tal suerte que con ese “detallito” el negocio garantiza mayores ganancias a los inversionistas y para los operadores de la L4.
Otro detalle digno de analizar es que apenas se conoció un poco de la zona o la ruta que cubriría la L4 y de inmediato terratenientes o empresarios “visionarios” compraron tierras y empezaron a crecer edificaciones para vivienda o para negocios, sin que los vecinos pudieran hacer algo para tratar de controlar ese explosivo crecimiento de los proyectos inmobiliarios.
Ojalá y la Línea 4 venga a resolver -al menos en parte-, el grave problema de transporte público sobre Tlajomulco. Aunque por desgracia, lo que queda en claro es que se trata de una iniciativa que lleva la marca y los vicios de los negocios ocultos que arrastra un gobierno que se presumen “Al estilo Jalisco”.

