Por Sandra Ballesteros y Alberto Osorio
Domingo 21 de julio de 2024.- Ser comediante es lo que nunca se imaginó en la vida, menos el ser un cómico incapaz de contener el llanto ante la tragedia de quien lo busca para recibir su ayuda.
Para Teo González todo empezó con la visita a un antro, invitado por sus amigos (en León) cuando lo obligaron a subir al escenario a contar chistes, en un hecho que lo llevó a convertirse en uno de los comediantes más famosos de México y América Latina.

Hijo de padres jaliscienses, nacido en León, Guanajuato, Teófilo González tal como es su verdadero nombre, ha dedicado su vida a hacer reír sin importar la tragedia que se arrastra por dentro, como cuando le notificaron de la muerte de su padre y tenía que salir al escenario.
Antes, Teo perdió a su madre a los 5 años y fue su abuela quien le enseñó a enfrentar con cariño la vida, a salir adelante y a servir a quien los demás y a nunca olvidar que siempre hay una silla o algo en la familia que te hace recordar tus ratos de miseria, en casa.
Él mismo se describe como un hombre que ha hecho de todo, desde vender birria y quesos, hasta jugar como tercer portero de la primera división del equipo León, antes de darse cuenta que no siempre iba a vivir de la patada.

En la semana que concluye Teo fue convocado por organizaciones forjadoras de líderes y forjadoras de destino como el Club Personas, La Familia Científica, María Teresa A.C. Casa Hogar, Red de Mujeres, Jóvenes por la Democracia Paritaria y Centro de Innovación de Ciudades Inteligentes.

En la conferencia: El ingenio del humor, Innovación y Diversión por un futuro mejor, estuvieron los niños emprendedores de Zapopan.

En ese encuentro, Teo conoció a Mariana una jovencita marcada por la fibrosis quística, y a quien los doctores le decían que ya se iba a morir. Ella se negó a creer en el diagnóstico y tomó su destino en sus manos, hoy tiene tiempo para cantar y hacer llorar al mismísimo cómico de la “cola de caballo”.

Felicidades a todos, felicidades a Mariana, un abrazo Teo, los que te conocen saben que Dios siempre te obligara a bajarte de tu pedestal.